miércoles, 22 de julio de 2009

Tal vez una tregua...

Despierto y me golpeas, sin piedad, dónde duele...

a ella la golpeas, con rabia, implacable, una, otra, otra...

Tan falto de caridad, nos envuelves en una nueva despedida

de las que no se pueden hacer de frente,

sentir con inmensa tristeza cómo se va.

En el vacío del silencio te lo llevas, su hermano...

mamá llora, mamá ya no sonríe, mamá no habla.

De nuevo la enfermedad, de nuevo la muerte,

¿qué tan malo hicimos? te grito...

Había recuperado poco a poco la cordura, la calma,

no hay condolencia en tu actuar,

¿y pretendes que me calme, que me reconcilie, que CREA?

tal vez cuando dejes de arrebatarnos, cuando permitas

que nuestra vigilia sea llevadera.

Ni una muerte más, ni un golpe bajo más, tal vez una tregua...

Porque ya no resisto esta hueca ausencia,

porque te empeñas en cubrir de luto nuestros días,

porque te burlas de nuestra absurda, agónica, sonrisa...

Haces que el sol abrase en nuestra sequía,

no me muero por tí, supongo que lo sabes.

Miraré las estrellas en mi cielo, recordaré el amor

¿cuándo los tuve, cuándo te tuve?

El horóscopo no coincide en Etiopía y no me puedo quejar,

lo lamento, en verdad, pero no somos ni el reflejo

de aquello que un día fuimos y con todo, sentir con tristeza

cómo se aleja, se va...